Mi testimonio de la peregrinación 2009
El día llego como otros años, la peregrinación a la casa de Nuestra Señora de Lujan.
Cada año es hermoso y distinto, especial y lleno de emociones nuevas, cada año descubrimos en nuestro corazón vivencias nuevas.
Este año fue para mi muy especial, peregrine con dos de mis hijos, amigas del corazón, mis jóvenes del coro con sus papas y los papas de mis chicos de confirmación.
Pero algo me motivo profundamente, y es que mi amigo de peregrinar este año no pudo acompañarnos por su enfermedad, pero nos acompaño espiritualmente a todos, porque los que fuimos llegamos por el, recordando todos sus consejos para peregrinar por María y nuestros hermanos mas necesitados.
Todos rezamos por el, desde el mas chico al mas grande.
Salimos de Liniers en compañía de mis hija, Emiliano papa e hijo. Luz, Sebas, que emoción ver a mis amigos caminando juntos.
Las horas pasan y el cansancio pesa y es en este momento cuando la fe actúa como alimento y aliciente de los peregrinos. Las personas de nuestra comunidad que nos esperan para ayudarnos en cada parada son nuestro tesoro más valioso, saber que ellos nos esperan, en esos momentos uno ve y siente que somos una gran familia y que nos ayudamos mutuamente.
La presencia de María cada ves es mas grande, ella nos llama y nos guía a su casa, nos espera con el corazón abierto.
En la ultima parada muchos quedaron sin poder seguir, eso nos da mas fuerzas para llegar por ellos.
Nuestra Mamita nos levanta en sus brazos y nos protege como a sus hijos tan queridos, muchas lagrimas corren por mi rostro, mi corazón late cada ves mas fuerte, yo le regalo mi ultimo rosario por las inatenciones de todos los que no pudieron caminar y mis seres queridos y me entrego en sus brazos sabiendo que con ella estoy mas segura que en cualquier lugar del mundo.
Gracias Mama por protegernos tanto.
“No vengo por mi ni a pedirte nada,
Vengo por vos
Ayúdame a seguir y llegar
A tus brazos”
Rita
El día llego como otros años, la peregrinación a la casa de Nuestra Señora de Lujan.
Cada año es hermoso y distinto, especial y lleno de emociones nuevas, cada año descubrimos en nuestro corazón vivencias nuevas.
Este año fue para mi muy especial, peregrine con dos de mis hijos, amigas del corazón, mis jóvenes del coro con sus papas y los papas de mis chicos de confirmación.
Pero algo me motivo profundamente, y es que mi amigo de peregrinar este año no pudo acompañarnos por su enfermedad, pero nos acompaño espiritualmente a todos, porque los que fuimos llegamos por el, recordando todos sus consejos para peregrinar por María y nuestros hermanos mas necesitados.
Todos rezamos por el, desde el mas chico al mas grande.
Salimos de Liniers en compañía de mis hija, Emiliano papa e hijo. Luz, Sebas, que emoción ver a mis amigos caminando juntos.
Las horas pasan y el cansancio pesa y es en este momento cuando la fe actúa como alimento y aliciente de los peregrinos. Las personas de nuestra comunidad que nos esperan para ayudarnos en cada parada son nuestro tesoro más valioso, saber que ellos nos esperan, en esos momentos uno ve y siente que somos una gran familia y que nos ayudamos mutuamente.
La presencia de María cada ves es mas grande, ella nos llama y nos guía a su casa, nos espera con el corazón abierto.
En la ultima parada muchos quedaron sin poder seguir, eso nos da mas fuerzas para llegar por ellos.
Nuestra Mamita nos levanta en sus brazos y nos protege como a sus hijos tan queridos, muchas lagrimas corren por mi rostro, mi corazón late cada ves mas fuerte, yo le regalo mi ultimo rosario por las inatenciones de todos los que no pudieron caminar y mis seres queridos y me entrego en sus brazos sabiendo que con ella estoy mas segura que en cualquier lugar del mundo.
Gracias Mama por protegernos tanto.
“No vengo por mi ni a pedirte nada,
Vengo por vos
Ayúdame a seguir y llegar
A tus brazos”
Rita
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