Se conocen como fuentes de la catequesis los lugares y ámbitos donde es posible encontrar el contenido de la catequesis y, también, donde brota la acción misma de la catequesis.
La Palabra de Dios, fuente primera de la Catequesis
La Palabra de Dios, ha sido trasmitida con cariño y celo por la Iglesia, que, guiada por el Espíritu, a través de los siglos, no ha procurado otra cosa que contemplarla con profundo espíritu de fe, escucharla piadosamente, custodiarla santamente y anunciarla fielmente. De esta forma, las Sagradas Escrituras y la Tradición constituyen el único depósito sagrado de la Palabra de Dios, confiado a la Iglesia. La Tradición se ve reflejada en el Magisterio de la Iglesia, cuya función es interpretar auténticamente la Palabra de Dios, no colocándose por encima de ella, sino a su servicio
La fuente y "mediaciones" del mensaje de la catequesis
La Sagrada Escritura como fuente principal de la catequesis:
· es meditada y comprendida cada vez más profundamente por el sentido de la fe de todo el Pueblo de Dios, bajo la guía del Magisterio, que la enseña con autoridad;
· se celebra en la liturgia, donde constantemente es proclamada, escuchada, interiorizada y comentada;
· resplandece en la vida de la Iglesia, en su historia bimilenaria, sobre todo en el testimonio de los cristianos, particularmente de los santos;
· es profundizada en la investigación teológica, que ayuda a los creyentes a avanzar en la inteligencia vital de los misterios de la fe;
· se manifiesta en los genuinos valores religiosos y morales que, como semillas de la Palabra, están esparcidos en la sociedad humana y en las diversas culturas.
ESCRITA LA BIBLIA
CELEBRADA LA LITURGIA
LA PALABRA EXPLICITADA EL MAGISTERIO
DE DIOS VIVIDA VIDA DE LA IGLESIA
MANIFESTADA LOS SIGNOS
DE LOS TIEMPOS
¿Qué importancia tiene las mediaciones en el I.C.P. y la O.P.P?
La fuente viva de la Palabra de Dios y las “fuentes subsidiarias” que de ella derivan y en las que ella se expresa, proporcionan a la catequesis los criterios para transmitir su mensaje a todos aquellos que han tomado la decisión de seguir a Jesucristo. De ellas extraeremos los contenidos de nuestra catequesis.
Los contenidos de la catequesis
Los contenidos responden al “QUÉ” de la catequesis. Enuncian aquellos elementos fundamentales del contenido de la fe y de la formación litúrgica y testimonial que nos proponemos enseñar.
Para la selección y distribución de los contenidos en el año es necesario tener en cuenta que debemos agruparlos en unidades lógicas de aprendizaje catequístico o, núcleos catequísticos.
Los grandes temas de la Catequesi los extraeremos de:
Q La Sagrada Escritura.
Q Los Documentos de la Iglesia.
Q Las Programaciones y Orientaciones para la Catequesis de las Conferencias Episcopales.
Q Los Lineamientos Curriculares para la Catequesis en las Escuelas Católicas, de las respectivas Conferencias Episcopales.
Q Los lineamientos, programaciones y orientaciones diocesanos.
Q Los lineamientos, programaciones y orientaciones congregacionales, parroquiales o institucionales.
Q La situación vital del catecumeno: sus necesidades, inquietudes, interrogantes y experiencias vitales.
Q La experiencia propia y personal de cada catequista, compartida con la comunidad de catequistas.
Q Los tiempos litúrgicos y las actividades institucionales.
Q Los diferentes libros de texto y manuales de catequesis.
Opción preferencial por los pobres: Dios en todo el Antiguo Testamento se presenta ante su pueblo como un Dios liberador, defensor de los pobres, del huérfano y de la viuda. Levanta profetas de en medio de su pueblo para anunciar y establecer la justicia y la paz y denunciar el pecado, como expresión de su amor en favor de los marginados.
Dios y el pueblo son los actores principales en el Antiguo testamento, los cuales celebran un Pacto, que implica obediencia y fidelidad por parte de ambos. Por eso, Dios se presenta a su pueblo como un Dios fiel a su pacto y en donde la justicia, el amor y la paz son las señales de su presencia salvífica.
Jesús no descuida este aspecto y retoma el quehacer de los profetas y en forma muy especial, la voluntad del Padre: establecer el Reino y su justicia: Su preferencia por los oprimidos y los pobres. No sólo se limita a proclamar la liberación de los pobres, sino que hace su opción por ellos, por los marginados de su época (pecadores, publicanos, mujeres, prostitutas, niños, ignorantes de la Ley, etc.). Pero allí no queda todo, sino que Jesús va más allá de su opción por los pobres: haciéndose pobre. De ahí que su palabra y su práctica tengan autoridad para nosotros.
Espíritu Santo,
danos la perseverancia y el valor
que necesitamos para seguir a jesús.
Ayúdanos a encontrar la mejor manera
de hacer realidad su mensaje.
Sorpréndenos con nuevos desafíos,
derriba nuestras falsas seguridades
que muchas veces diluyen
las exigencias de la fe.
Enséñanos a aprender de los más pobres
cómo vivir el Evangelio.
danos la perseverancia y el valor
que necesitamos para seguir a jesús.
Ayúdanos a encontrar la mejor manera
de hacer realidad su mensaje.
Sorpréndenos con nuevos desafíos,
derriba nuestras falsas seguridades
que muchas veces diluyen
las exigencias de la fe.
Enséñanos a aprender de los más pobres
cómo vivir el Evangelio.
“El viento sopla donde quiere: tu oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu” (Jn. 3, 8). Vivir en el Espíritu es descubrir la poesía y belleza de la vida, el valor de la generosidad y la riqueza de los gestos espontáneos. Tender las manos, abrazar el dolor, detenernos en la vereda para escuchar el relato vecino de una pena, preparar una mesa para una fiesta, visitar un enfermo y crear una profunda proximidad, trabajar por la comunidad y el cuidado de la naturaleza con el pueblo. Vivir en el Espíritu es una decisión dando pasos en la construcción política de una sociedad en la que todos tengan su lugar y reconocimiento.
La catequesis tiene a su cargo entregar a los catequizando:
Catequistas que vivan en una formación permanente. Catequistas que no bajan los brazos, con una mirada larga capaz de trascender la crisis y de esperar la Pascua. Para Suscitar y alimentar una más decidida toma de conciencia del don y de la responsabilidad que todos los fieles laicos, y cada uno de ellos en particular, tienen en la comunión y en la misión de la Iglesia.
La catequesis no es solamente una transmisión de conocimientos sino, especialmente, la transmisión de una fe y una manera de vivir inspirada y animada por el Evangelio. Toda la comunidad será agente y receptora de la catequesis en, de, desde y para la comunidad; atendiendo más a la diversidad y al diálogo. El catequista está llamado a ser un compañero de camino, se va animando, poco a poco, también a un acompañamiento personal. Sin imponerse lo imposible, Sin apropiarse del camino de aquellos a quienes acompaña, trata de encontrar la ocasión, el momento oportuno de Dios, para escuchar y ayudar a discernir, dejando que al catequizando se le vaya haciendo familiar la escucha del Señor, que le habla siempre, dejando que el Espíritu haga su obra en ellos y haciéndose mediación y puente para que los catequizandos se encuentren con Jesús. Sin pretender ser un maestro del discernimiento, con mucha sensibilidad y sin violentar la sagrada interioridad de cada uno, propone la oración, la reflexión y la contemplación de la propia vida como lugar para la experiencia de Dios.
Perder tiempo con el otro, preocuparse por sus interrogantes, estar atentos a las necesidades de los otros. Hacer sentir bien al otro, a gusto, tenerlo en cuenta; desterrando el anonimato dominical y la falta de invitación a participar. Como nos transmitió el mismo Jesús: primero está la persona, la comunidad y luego, la organización; primero, la vida y el espíritu y luego, las normas; primero, el riesgo pastoral y luego, la seguridad legal. Las relaciones interpersonales fraternas, los vínculos maduros, la calidez afectiva, la expresión de los sentimientos, deberán ser elementos constitutivos de toda comunidad cristiana.
Una Catequesis que contemple en silencio y con los pies descalzos el misterio de cada interlocutor. Con catequistas serviciales, humildes, que se atreven a contemplar la tierra sagrada del hermano. Catequistas que saben escuchar y que han descubierto en el misterio de cada persona un reflejo del amor creador del Padre
Saludos y bienvenidos al Primer Encuentro Internacional de Blogueros con el Papa
ResponderEliminarEl próximo 17 de agosto nos reuniremos en Madrid en el Colegio Mayor Jaime del Amo. En los enlaces que te adjuntamos encontrarás toda la información que te pueda interesar.
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