María concibió en su seno por obra del Espíritu Santo a Jesús,hijo de Dios y Dios mismo, quien le dijo por medio del angel "Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo al que pondrás por nombre Jesús. Será grande y justamente será llamado Hijo del Altísimo...Lucas 1,31 y 32 " El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Niño Santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios" Lucas 1, 35
De tal manera que María llevo en su seno a Jesús, Hijo de Dios y Dios mismo; El mismo que se encuentra hoy realmente , vivo y presente, en todos los Sagrarios de la tierra. Por eso podemos decir, sin duda alguna, que María fue el primer Sagrario.
María fue el primer sagrario. Un sagrario viviente. Su visita a Isabel propició un gran milagro.“(36) ahí tienes a Isabel, tu pariente, que en su ancianidad ha concebido también un hijo, y la que era llamada estéril, hoy cuenta ya el sexto mes. ... (39) Por aquellos días, María se levantó, y marchó deprisa a la montaña, a una ciudad de Judá; (40) y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. (41) Y en cuanto oyó Isabel el saludo de María, el niño saltó de gozo en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; ... (45) y bienaventurada tú que has creído, porque se cumplirán las cosas que se te han dicho de parte del Señor” (Lc 1, 36.39-41.45).María, apenas la dejó sola el ángel, se dirigió a casa de Isabel para ayudarla. La Virgen nazarena lleva consigo al Hijo de Dios, que es apenas un hombre de pocos milímetros en su vientre. ¡Qué humildad la del Verbo!, que quiso seguir todos los estadios de desarrollo de los hombres cuando tomó nuestra naturaleza. ¡Qué caridad la de María su madre!, que no se quedó ensimismada en su embarazo, sino que salió enseguida a ayudar a la que más lo necesitaba. “Cuando, en la Visitación, lleva en su seno el Verbo hecho carne, se convierte de algún modo en « tabernáculo » –el primer « tabernáculo » de la historia– donde el Hijo de Dios, todavía invisible a los ojos de los hombres, se ofrece a la adoración de Isabel, como « irradiando » su luz a través de los ojos y la voz de María” (Juan Pablo II, Ecclesia de Eucharistia, n. 55). El viaje de Nazaret a Ain Karim fue, podemos decir, la primera procesión eucarística. Una procesión que pasó oculta a casi todos los que acompañaron a María en la caravana, para casi todos los que la vieron pasar junto a sus casas, aldeas o ciudades. Pero que fue advertida por el futuro Juan Bautista, que llevaba seis meses en el seno de su madre y allí fue justificado antes de nacer; y allí ejerció por vez primera su tarea de precursor para avisarle a su madre Isabel de la presencia del Redentor en el seno de su parienta María.
Pienso que durante aquellos nueve meses el Niño que llevaba en su seno fue para María refugio e impulso. Refugio para vencer la tentación de ceder ante las dificultades: ¿cómo explicaré al mundo lo que me ha sucedido?, ¿qué pensará José? Impulso para afrontar tareas de servicio material y espiritual a los demás, aunque fueran incómodas como el viaje a la casa de Isabel.El Niño fue refugio e impulso porque María tuvo durante ese tiempo una unión muy particular con Jesús, la que tienen todas las madres con su hijo durante los meses que dura la gestación. Esa unión le propició una muy especial presencia del Verbo en su vida. Procuremos nosotros crear conductos espirituales que nos unan a los sagrarios, para tener también esa conciencia de la presencia de Cristo eucaristizado en los sagrarios. Es lo que buscan esas devociones populares que nos llevan a tener localizado el sagrario más próximo y dirigirnos de vez en cuando a él con la mente; que nos lleva a ir descubriendo nuevos sagrarios en nuestras rutas por las calles o por las carreteras... y tantos otros enlaces (‘links’ les llaman los informáticos) que nos lleven espiritualmente al Cristo presente en la Eucaristía cuando nos encontremos inmersos en nuestros diarios trajines
El sagrario será así para nosotros un embalse amplio que nos suministra generosamente agua para que beba nuestra alma y para que se empapen las campiñas en los que trabajamos. De esta manera, el sagrario será para nosotros refugio e impulso de nuestra vida. Refugio donde nos encontramos con Jesús que nos libra del mal. Impulso que nos empuja a llevar a ese Jesús a todos los hombres. Y otra vez refugio donde retornaremos a cobijarnos con nuestros semejantes junto a nuestro Hermano Mayor. Refugio muy oportuno, porque quien tiene su mente junto a Jesús en el sagrario no será dejado de su mano ante las diversas tentaciones. Impulso que nos empujará a no conformarnos con ser un cristiano tibio de mínimos. Impulso que nos lanzará a desarrollar un vibrante apostolado, para anunciar con gozo el mensaje de Jesús a los que nos rodean. Impulso que nos llevará a no ser indiferentes a la suerte de nuestros semejantes, a ser motores de amor y vida, de gozo y paz en la sociedad en la que nos ha tocado vivir.María Inmaculada, tú creíste lo que se te dijo de parte de Dios. Fuiste así anticipo de la fe eucarística de la Iglesia. Tu fe te hizo hacer de puente entre tu Hijo Jesús e Isabel y Juan. Fortalece nuestra fe en la presencia eucarística de Jesús para que la eucaristía sea para cada uno de nosotros refugio e impulso de nuestra vida. De esta manera, llenos de Cristo, con la fuerza del Espíritu Santo y el aliento de María, sabremos llevar Jesús a nuestros semejantes y sabremos acompañar a cada uno de nuestros hermanos los hombres hacia Jesús.
Oración a María Madre de la Eucaristía
ORACION
Ave María, dulce Madre de la Eucaristía.Con dolor y mucho amor, nos has dadoa tu Hijo Jesús mientras pendía de la Cruz.Nosotros, débiles criaturas, nos aferramos a Tipara ser hijos dignos de estegran AMOR y DOLOR.Ayúdanos a ser humildes y sencillos,ayúdanos a amar a todos los hombres,ayúdanos a vivir en la graciaestando siempre listos para recibira Jesús en nuestro corazón.Oh María, Madre de la Eucaristía,nosotros, por cuenta propia, no podremos comprendereste gran misterio de amor.Que obtengamos la luz del Espíritu Santo,para que así podamos comprenderaunque sea por un solo instante,todo el infinito amor de tu Jesúsque se entrega a Sí mismo por nosotros.
AMEN
AMEN
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